¿Agobiado?, tranquilo, a los grandes también les pasa…

¡Hola!, desde hace mucho mucho tiempo, a todo el mundo que me pregunta ¿qué tal? le suelto la misma respuesta:

Puffff hasta arriba

Y claro, hoy me tocaba escribir en el blog y evidentemente, sin tiempo ni para respirar no he podido preparar un artículo útil y práctico como a mí me habría gustado. Ya sabes, de esos artículos trabajados, fruto de un poco de investigación, de leer mucho o simplemente en los que puedes poner todos tus sentidos y abrirle la puerta a la inspiración.

De esos que cuando los terminas piensas joder qué bien me ha quedado esto, qué ganas de que todo el mundo se lo lea. Voy a publicarlo en Twitter que lo voy a petar!

En cambio, aquí estoy haciendo una introducción demasiado larga para un artículo que tiene una reflexión bien cortita:

¿Por qué nunca tengo tiempo?

Esta es la pregunta del millón pero no la única, porque de ella nacen alrededor de 400 más cada vez que me siento así de agobiado: ¿será que me meto en demasiados fregaos?, ¿es que soy «limitadito» y no doy para más?, ¿me organizo como el culo?, ¿duermo demasiado?, ¿debería darme de baja de Netflix?, ¿me exijo demasiado?, ¿cómo lo hacen los demás?, ¿me va a dar un chungo?…

Bueno, pensándolo bien tengo la respuesta a una de ellas: ¿duermo demasiado?, NO.

Esta la tengo muy clara, porque es por las noches cuando todas estas preguntas quedan para tomar unas cañas en mi cabeza y joderme el sueño. Así que sustituimos la pregunta por otra nueva: ¿duermo demasiado poco?…


Así me imagino yo a mis preguntas

¿Y quién tiene la culpa de esto?

La sabiduría popular y algún que otro listillo de internet diría que la culpa la tengo yo, eso lo tengo claro. Que todo está en mi cabeza y que lo único que tengo que hacer es invertir bien mi tiempo y organizarme.

Pero qué quieres que te diga, estoy hasta los cojones de sentirme culpable por ser humano y tener un límite.

Así que voy a culpar a la sabiduría popular, a todos los listillos de Internet y a mí mismo. ¡Pero en ese orden!

1- La sabiduría popular:

Me voy a cagar 40 veces en el chino que dijo:

«Si un problema tiene solución, no hace falta preocuparse. Si no tiene solución, preocuparse no sirve de nada.»

Y el hombre tenía (y tiene) más razón que un santo, pero es que un buen día le dio a alguien por utilizarla para aconsejar a un amigo y desde entonces es la frase de cabecera de todos los cuñados de España.

La próxima vez que tenga un problema en el curro le voy a pasar a mi cliente el teléfono del cuñao este de los cojones consejos (porque no me sé el móvil del chino, y aunque me lo supiera, a mi cliente le va iba a salir por un pico la llamada al mas allá y con mi suerte seguro que me pasa la factura…)

Pues eso, que estos consejos más vistos que el tebeo no hacen que mi agobio desaparezca.

2- Los listillos de Internet

Es muy fácil aparentar, y las redes sociales son el trampolín perfecto.

  • Demuestras que estás a la última de todas las noticias de tu sector retwiteando todo lo que publican los buenos de verdad.
  • Acudes a todos los eventos y haces networking del bueno subiendo fotos con el dedito pulgar para arriba y poniendo «aquí, con mi amigo nosequién»
  • Vendes muchos pero que muchos muchos cursos y pones frases como: TE ENSEÑO A… lo que sea, el caso es demostrar que sabes más que nadie de algo (o de todo)
  • Sigues formándote, porque es fundamental reciclarte para seguir siendo un profesional TOP.

Podría alargar mucho esta lista, pero ya está muy visto darle cera a los gurús y este artículo no va de eso. Todos estos listillos tienen días malos, igual que tú y que yo pero claro, esos días no los publican en su Instagram…

Prefieren subir una foto de archivo con un mojito y el típico «#Aquísufriendo»

Cuanta tontuna de verdad… si te soy sincero, a mí esto me afecta muy poco la verdad, porque paso mucho de las redes sociales, pero me jode mucho pensar que hay personas a las que les supone un agobio ver como «otros» lo tienen todo controlado.

3- Yo mismo

¡Pues claro que me organizo mal no te jode!, si no no estaría aquí improvisando este artículo según lo escribo…

Y mira que en la oficina tenemos a Santy, un tío que sabe mucho de productividad y que ha escrito mucho sobre ello en nuestro blog pero es que a veces no es cuestión de organizarse, simplemente hay que darse cuenta de que no puedes hacerlo todo.

No siempre es cuestión de prioridades, a veces se trata de elegir. Si ordenas una a una todas las cosas que quieres o debes hacer, la lista daría la vuelta al mundo, así que en lugar de agobiarnos viendo que no podemos cumplir todas esas tareas, sería interesante tachar muchas de ellas y esperar a que llegue su momento.

Y como estábamos buscando culpables, mi culpa es pensar esto ahora mismo y olvidarlo en cuanto publique este post…

A los grandes también les pasa

Hace poco, estuve hablando con uno de esos referentes en su profesión, de los buenos del marketing. Podría decirte que estuve haciendo Networking con él, que queda mucho mejor, pero realmente estábamos tomando cañas y hablando de cosas poco importantes…

La idea de escribir este artículo surgió aquel día (aunque hoy me ha venido fenomenal acordarme), cuando le escuché decir literalmente: «No me da tiempo de leer los artículos de nadie macho. Yo no sé cómo lo hace la gente. Y de seguir formándome con todo lo que sale nuevo cada día ya ni te cuento»

Me encantó su sinceridad, y saber que se puede llegar alto sin volverse loco y sin tener que aparentar nada. Me dejó bastante más tranquilo. Acordarme no me quita el agobio cuando estoy hasta arriba, pero al menos no siento que lo hago todo como el culo.

Hago lo que puedo y lo intento hacer bien. Como todo el mundo vamos.

Conclusión

No te fustigues tanto, y la próxima vez que alguien te diga el proverbio chino acuérdate de mí, pero sobre todo acuérdate de este gif:

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2 comentarios en «¿Agobiado?, tranquilo, a los grandes también les pasa…»

    • ¡Hola Carlota!, pues no te digo que me alegre de tu agobio, pero ya sabes… "mal de muchos…" jajaja.
      No en serio, algo tenemos que hacer con esta moda tonta de aparentar ser superheroes, con lo que mola ser humanos y normales!

      Gracias por comentar 😉

      Responder

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